Hace algunos días pude oír el álbum más reciente de Coldplay, llamado X&Y. También tuve acceso a una entrevista con Chris Martin y Jon Buckland, en la que hablan un poco sobre cada canción (algo similar a la entrevista que hice con Aloras en 2004).
La primera vez que uno oye un álbum, puede no gustarle del todo. Tal vez lo que lo impulsa a uno a seguir escuchando es el hecho de conocer otras canciones que el grupo ha grabado, o tal vez sea la curiosidad de saber cómo termina. Como una película mala de esas que dan por televisión los fines de semana. Y ese fue el caso con X&Y.
Sin embargo, escuché el álbum cientos de veces, sin parar, para familiarizarme con las canciones y poder decidir cuál me gustaba y cuál no. El “aire” del álbum, ese sabor que le queda a uno en los oídos después de oírlo una vez, de principio a fin, es como de ritmos ochenteros, pero buenos. Sintetizadores, pistas, cuerdas, guitarras invertidas. Y encima de todo eso, la reconfortante voz de Chris, apoyada por las armonías de Jon, Guy y Will. Es Coldplay, como unidad, en un regreso triunfal, pero tan cambiantes como los Beatles en Rubber Soul. Y ya que estamos hablando de Beatles, Martin confiesa que el final de What If imita la sección orquestada de A Day in the Life, de Lennon y McCartney. Tampoco es desconocido el riff de guitarra de Talk, que fue tomado (con autorización) de Computer Love, del grupo alemán Kraftwerk.
X&Y tiene un poco de todo, menos reggaetón o vallenato. Para Martin, Buckland es un héroe de la guitarra. Probablemente tenga razón. Ahí perdonan.