miércoles, agosto 17, 2005

Otros tiempos

Hubo un tiempo en el que mi espacio olía a dibujitos chilenos y argentinos. Era un tiempo en el que ser pequeño no dolía y, a pesar de que las memorias son borrosas, la visión no lo era. Un tiempo en el que el sueño era imperceptible, las tormentas asustaban y las luces eran tan necesarias como el aire. El tiempo, sin embargo, importaba poco. Las horas pasaban sin siquiera hacerse notar, y de todo podía hacerse una invención. Esquemas rígidos, tal vez, pero hubo algunos momentos placenteros. Tristemente, el tiempo es ahora un obstáculo. El cuerpo parece estar siguiendo el mismo patrón de comportamiento. Y yo, como cosa rara, seguramente llegaré tarde al examen de estadística de mañana. Ahí perdonan.