jueves, febrero 23, 2006

En vivo desde ninguna parte

Ayer hice mi primera emisión de música en vivo por internet, después de varios intentos fallidos. Aparentemente el servicio que permite hacer las emisiones es estricto con los horarios, e inicialmente no empecé a emitir a la hora que debía. Pero ahora tengo todo el asunto dominado y he programado más de cuatro horas de música esta semana.

Esta mañana la cosa cambió. Empecé a hacer locuciones en vivo por internet, para presentar las canciones que iba programando. Hace unos meses estuve trabajando en una emisora (en FM) cuyo formato me permitía grabar con anticipación las locuciones, de manera que podía equivocarme sin temor a que los errores fueran escuchados. La Internet también cambió eso, por lo menos de forma temporal: hoy incluso hice una pausa y rectifiqué un error en una locución. La libertad es tremenda, y la sensación de emitir música y voz en vivo a través de la red es genial. Me consta que me escucharon en Alemania (y de hecho de ahí me llegó la idea de empezar a emitir audio por Internet).

Algunos amigos se han unido a esta iniciativa y ya han hecho programas (algunos no muy buenos, con reggaetón incluido). Ojalá este medio se popularice. Por ahora, seguiré pensando en la música de mis próximas emisiones. Ahí perdonan.

miércoles, febrero 22, 2006

miércoles, febrero 08, 2006

Saliva cerebral

Cada cuántomás trago en el parque lleras camargo el sabor de tu bocaveces no sé si pueda continuar escribiendoelpaisajervisiones que llevan a ningún lado y a ninguna parte por ciento sesenta mil pesos argentinosomosnada, definitivamente borrosabemos que no sabemos nadaísmo como el de Gonzalo Aloras Arangomezplata, donde quedaba la finca de mi abuelo Nandonde estamos, no sabemos ni quienes somos los que estamos los que somos parte del aire, allí va, en libertad la de Mafaldar es dar, es una manera de actuar para vivir, la calle, el escenario de las circunstancias tóxicastigo y crimentalidad perturbadora la celadoraciones en letra despegada da vida es una moneda, quien la rebusca la tiene tumbao.