jueves, septiembre 30, 2004

La habilidad de llegar tarde

Este artículo es como una vuelta al pasado. Lo estoy editando con base en ideas cortas que tenía anotadas por acá, casi un día después. Creo que esos casos se darán con frecuencia en mi columna (permitiéndome el uso del término para esta cosa). Pero bueno.

Estaba pensando en que cuando uno se levanta tarde, todo el día parece estar regido por ese desfase de tiempo. Uno llega tarde a todas partes, sin excepción: parece un corolario de una de las leyes de Murphy (un paréntesis: me sorprende saber que todavía hay personas que no saben qué son las leyes de Murphy... lo digo por experiencia). Y uno llega tarde a todo. A la puerta, a la clase, a la reunión... hasta a la casa. Y eso no se corrige hasta que llega el día siguiente, aunque a veces se repite durante todos los días de la semana. Nunca me ha tocado vivir de esa forma durante más de cinco días seguidos, y espero que nunca me toque.

Lo que sí se repite casi religiosamente es mi llegada tarde a la clase de ocho de la mañana los viernes. Casi nunca falla -a pesar del esfuerzo que hago por llegar temprano- y eso que a veces me acuesto temprano los jueves. Creo que ya hasta la profesora se acostumbró. Pero bueno, por el momento no puedo escribir más... voy a llegar tarde al examen de cálculo.

miércoles, septiembre 29, 2004

"Se apareció un mango en Diablo's"

Me encanta el periódico de Mango's, la discoteca. Pero no lo digo por su excelente diagramación ni por la calidad periodística de sus artículos, sino por todo lo contrario. Eso es: todo lo contrario. Como es costumbre, unos señores estaban repartiendo el famoso periódico a la salida de la Universidad y claro, yo no me lo podía perder. Tomé uno, crucé la avenida y leí el artículo de Halloween que está en la portada antes de llegar a mi casa. ¿Quién escribirá esas cosas? ¿Habrá editor? ¿Cuántas personas harán el periódico? No sé. Sería interesante saberlo. Pero lo cierto es que me río con la sola idea de concebir al periódico de Mango's como el manual por excelencia de "cómo no hacer un periódico". Me encanta, pero no me gustaría atribuirme el crédito de ello.

Adiós al planeta

Acabo de encender mi radio que, a la una de la tarde, dejaba oír rock del bueno. Pero eso no fue lo que percibí ahora. En cambio, salió de esa caja un horripilante sonido de acordeón con un bajo de puerca miseria: efectivamente, eran vallenatos. Adiós al planeta rock. Radioacktiva, 99.4, que tantos problemas había estado teniendo, acaba de morir. Ahora no hay emisoras de rock en Medellín. Tocará seguir oyendo a Veracruz.

Mi primer aporte

Hola. Este es el primer aporte que hago en un blog, y realmente no tengo mucho para decir todavía. Digamos, entonces, que no es un aporte sino un 'inaporte'. Estaré actualizando los contenidos en poco tiempo. Recuerden darle "Actualizar" (o "Refresh" en algunos) a su navegador para leer los últimos artículos del sitio.