Me acordé de los procesos de paz durante el gobierno de Pastrana, en 1999. Me acordé de la silla vacía. Me acordé de las clases de ética y filosofía del colegio, en las que hablábamos de los secuestrados y de los comportamientos ilegales de ese grupo guerrillero.
Por alguna razón, mientras veía el noticiero de la mañana, quedé con un sentimiento agridulce. Los personajes entrevistados por los presentadores hablaban de la importancia del bombardeo a las Farc y de la muerte de este guerrillero. Tenía no sé cuántas condenas encima, no sé cuántas órdenes de arresto, no sé cuántas culpas, no sé cuántas peticiones de extradición, y seguro fue responsable por cientos de secuestros y muertes.
"El Tiempo" pregunta a la gente, a través de Twitter, que cómo está celebrando la muerte de "Jojoy". El Presidente felicita a las fuerzas armadas por la operación "Sodoma". ¿Está bien que haya fiestas y celebraciones? Hubo varias muertes aquí. ¿Cuándo está bien festejar una muerte?
Ahora: se supone que vivimos en un país en el cual, primero, no hay pena de muerte; y, segundo, por la constitución, se supone que se le garantiza la vida a todos los que nacen aquí. Me pregunto: ¿es legal, legítimo o aceptable el hecho de que las fuerzas militares le quiten la vida a una persona, independientemente de los motivos que lleven a tomar esa decisión? No estoy justificando el comportamiento de "Jojoy" ni el de la guerrilla. Al contrario, lo condeno y desprecio. Yo sería el primero en apoyar la decisión de encarcelar de por vida a estos "rebeldes" que matan y secuestran. Pero lo de la encarcelación es solo porque en Colombia no hay pena de muerte. Esta gente no merece vivir.
Pero ¿quién tiene derecho a matar? Se supone que las Farc no, pero ¿por qué las fuerzas militares sí? ¿Existe algún derecho o salvedad especial que los haga inmunes a juicios realizados por organismos nacionales o internacionales? No sé. Por eso el sentimiento agridulce. Si alguien tiene respuestas para mí, se las recibo. Si no, recibo comentarios. Ahí perdonan.
Añadidura (5:39 p.m.): Según la Biblia, Dios destruyó a Sodoma y Gomorra, poblaciones con habitantes pecadores, bombardeándolas con fuego y azufre desde los cielos. Las fuerzas armadas de Colombia le llaman "Sodoma" a una operación en la que bombardearon a guerrilleros, rebeldes, desde el cielo, con quién sabe qué tipo de armas. ¿Podrán el ejército y el presidente jactarse de ostentar facultades divinas? ¿Lo harán? (¿Será casualidad el apellido del primer mandatario?) Ahí les dejo ese trompito en uña.
4 comentarios:
Aunque nuestras autoridades no declaran oficialmente que seamos un país con Conflicto Armado, por las implicaciones políticas del título; la perspectiva del bombardeo en esas condiciones es de combate, situación en la cual tanto civiles, como militares e insurgentes quedan en riesgo de muerte, de hecho una perra del ejército murió en el bombardeo. De acuerdo con la no pena de muerte, pero en disputa armada, la muerte violenta tiene más alta probabilidad de ocurrencia.
Ve, por cierto... me gustó el estilo, agilidad e toques de imparcialidad en el texto :D qué bueno leerte de nuevo
Varias cosas:
1. Según la Constitución somos un Estado de Derecho en el que antes que la fuerza prima el derecho.
2. El objetivo del Ejército Nacional es la defensa de la nación, en ningún momento su función tiene que ver con justicia social y por eso es complicado aceptar, que aunque tengan el monopolio legítimo de la fuerza, puedan matar antes que buscar capturar a los insurgentes.
3. Estoy completamente de acuerdo con vos. No sé cuándo pasamos a justificar las muertes y a moralizar un conflicto: muertes buenas, muertes deseables ¿a qué ser humano se le puede pasar eso por la cabeza?
4. Es verdad en parte algo del comentario anterior. Colombia ha negado que estamos en guerra y peor aún ha negado la existencia de un conflicto armado. Bajo esa lógica lo que hicieron es inaceptable, porque un bombardeo es una acción bélica y no estaría respondiendo a las ideas sobre el conflicto que ha defendido el propio Presidente.
5. Nada qué hacer. El miedo, el odio, la ira infundada por este señor mueve más rápido las emociones que la capacidad de análisis frente acciones que atacan a SERES HUMANOS. Se nos olvida que antes de ser guerrillero, antes de ser narcotraficante y todo lo que dicen que era, ese señor, por mucho que nos cueste aceptarlo, tiene los mismos derechos como humano que cualquiera de nosotros. Yo también desapruebo lo que hizo, lo que hace las FARC, pero en ningún momento celebro una muerte.
http://www.otraparte.org/corporacion/boletin/20100923-bol-95.html
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