sábado, septiembre 03, 2011

El tiempo para lo demás

Alguna vez leí una columna de opinión en el periódico que hablaba de la regla del ocho: ocho horas para dormir, ocho horas para trabajar y ocho horas para lo demás.

Empecé a pensar qué tan cierta podía ser esa, a mi juicio, atrevida afirmación.

Veamos: a mí me gusta dormir. La gente dice que, conforme pasa el tiempo, un adulto puede descansar de igual forma si duerme menos horas que un adolescente o un niño. A mis veintiseis años de edad, puedo dar fe de que, en mi caso, menos de ocho horas no es suficiente para pasar todo un día bien despierto, activo y concentrado. Necesito ocho horas de sueño como mínimo.

Y vamos en orden: cuando me levanto, me tomo al menos una hora para desayunar, bañarme y vestirme. De ahí salgo a trabajar. Vamos sumando. Me tomo treinta minutos en ir desde la casa hasta la oficina en la mañana y cuarenta minutos en el camino de vuelta. En total, es una hora y diez minutos de tiempo perdido.

Mi jornada laboral, por estos días, es de ocho horas, con un espacio de dos horas en el medio para almorzar. Si bien el solo hecho de almorzar no ocupa las dos horas completas, el resto del tiempo se va en el transporte desde mi lugar de trabajo hasta mi hogar. Tener un automóvil en una ciudad famosa por su tráfico vehicular en las horas pico no es tan práctico como uno quisiera.

Al llegar a casa, queda la cena: unos cuarenta minutos, aunque a veces puede ser menos.

Hay otras pequeñas actividades que toman tiempo y que son necesarias, así uno crea que no. Por ejemplo: lavarse los dientes, cambiarse la ropa, subir escaleras, esperar ascensores, parquear el carro. Supongamos que la suma de todo esto nos quita veinte minutos, en el peor de los casos.

Así las cosas, habría que incluir una categoría adicional a las que menciona el autor de la columna: el tiempo libre que no hace parte de “todo lo demás”. Es decir, el tiempo que uno podría usar para dedicarlo a la familia, los proyectos, los pasatiempos, las distracciones, los amigos y las relaciones humanas.

Hagamos cuentas:

Actividad Tiempo de actividad Tiempo acumulado
Sueño 8:00:00 8:00:00
Ducha y desayuno 1:00:00 9:00:00
Transporte / trancones 1:10:00 10:10:00
Trabajo 8:00:00 18:10:00
Almuerzo y transporte 2:00:00 20:10:00
Cena 0:40:00 20:50:00
Otras tareas 0:20:00 21:10:00
Tiempo libre 2:50:00 24:00:00

Así se me van los días de lunes a viernes. Los fines de semana son otro cuento. Es triste que, de las ocho horas que promete el columnista para "lo demás", menos de tres sean tiempo aprovechable. ¿Será que ese tiempo que llamo "libre" es suficiente para crecer como persona? No me gustan los consejos ni las fórmulas de quienes se creen gurúes de la autosuperación y por eso me pongo a hacer cuentas como estas.

¿Cómo manejan ustedes, lectores, su tiempo? ¿Creen que la regla del ocho funciona?

Ahí perdonan.

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