Me encanta el periódico de Mango's, la discoteca. Pero no lo digo por su excelente diagramación ni por la calidad periodística de sus artículos, sino por todo lo contrario. Eso es: todo lo contrario. Como es costumbre, unos señores estaban repartiendo el famoso periódico a la salida de la Universidad y claro, yo no me lo podía perder. Tomé uno, crucé la avenida y leí el artículo de Halloween que está en la portada antes de llegar a mi casa. ¿Quién escribirá esas cosas? ¿Habrá editor? ¿Cuántas personas harán el periódico? No sé. Sería interesante saberlo. Pero lo cierto es que me río con la sola idea de concebir al periódico de Mango's como el manual por excelencia de "cómo no hacer un periódico". Me encanta, pero no me gustaría atribuirme el crédito de ello.
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