
El mismo Papa que encabeza la Iglesia Católica. La misma Iglesia que le permite al Papa vivir entre un lujo y otro mientras predica la importancia de ayudar a los pobres. La misma Iglesia que algún día condenó los avances científicos y juzgó a Galileo, a pesar de las disculpas ofrecidas por Juan Pablo II. La misma que concebía una Tierra plana, un cielo y un infierno. Esa, la misma Iglesia que se inventó también el purgatorio y que criticó la teoría evolucionista de Darwin. En fin.
El iPod Papal venía cargado con temas de Mozart, Beethoven, Chopin, Tchaikovsky y Stravinsky, y la programación de la emisora en inglés, italiano y alemán. ¿Será que el Papa está al día con el manejo de iTunes o tendrá a alguien que le ponga musiquita en su reproductor? No me imagino a Ratzinger trotando y con un par de audífonos blancos colgándole de las orejas. Ahí perdonan.
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