El primer computador que tuvimos en mi casa, según me cuentan, lo compraron en 1987. En esa época las pantallas mostraban un fondo negro y letras (no gráficos) de color naranja o ámbar. No recuerdo cuándo fue la primera vez que usé una máquina de estas, tal vez porque estaba muy pequeño. Mi mamá hacía programas de administración de bases de datos (con dBase). Recuerdo verla recibiendo capacitaciones en nuestra casa cuando yo era niño.
Recuerdo las horas de diversión que pasaba jugando con el Paintbrush de Windows 3.1. Monkey Island también me ayudaba a pasar el tiempo libre, en épocas pre-internéticas.
Empecé a interesarme por la WWW en 1996, a los 11 años, cuando tuvimos acceso a la red por primera vez: Windows 95 y un módem de 9.6 kbit/s. Por esa época, mi hermano estaba empezando sus estudios de ingeniería electrónica (los cuales no concluiría), para después estudiar y graduarse de ingeniería de sistemas. Gracias a sus ensayos y errores, yo pude aprender una que otra cosa relacionada con la computación.
Aprendí HTML cuando tenía 12 años, gracias a un libro que compró mi hermano. A los 13 ya era capaz de construir sitios web completos con puro código fuente. ¿FrontPage? No, gracias.
Nunca he sido bueno con los números. En 1999, mis notas en matemáticas eran pésimas. No me simpatizaba el Álgebra de Baldor. La profesora me dijo que me podía dar una buena calificación si le demostraba mis habilidades en programación de computadores, pues sabía que a mí me gustaban esas vainas. Lo cierto es que yo era apenas un usuario: no tenía ni idea de programar.
Me fui a la biblioteca del colegio y allí encontré un libro de los años 80 sobre BASIC. Me imagino que escogí ese porque era "básico" (es un chiste malo). El caso es que me puse a estudiar y vi que mi Compaq Contura Aero 4/25 venía con QBasic incorporado. Desarrollé una aplicación que permitía hacer operaciones simples entre números fraccionarios, cosa que impresionó gratamente a la profesora. A pesar de eso, mis notas en matemáticas eran tan malas que no logré pasar la materia.
Me entusiasmé con programar y un primo mío me introdujo en el mundo de Visual Basic 6. Ahí empecé a desarrollar una idea que tenía desde hacía años: una aplicación capaz de producir gráficos a partir de progresiones aritméticas, la cual lleva el nombre de este blog. Mi amigo Pablo me ayudó con los asuntos lógicos y matemáticos de esta aplicación.
Después me metí con el tema de bases de datos en VB6 y empecé a entender ciertas cosas sobre el diseño de tablas relacionadas e instrucciones de consulta. Cuando cumplí 15 años me regalaron un libro sobre Visual Basic y lo aproveché al máximo. Creé aplicaciones que iban desde una base de datos con acordes para guitarra hasta un sistema de impresión de identificaciones para la logística de eventos.
Tiempo después empecé a interesarme por desarrollar para la web, pues mi hermano se ganaba la vida haciendo eso. Empecé a leer libros sobre PHP y MySQL. Formé parte de varios proyectos, como programador, que involucraban estas tecnologías, como un mapa de medios de América Latina (después adquirido por la FNPI), una emisora digital y un periódico en línea.
Como docente de un pregrado que se preocupa por los asuntos digitales, me puse a estudiar la web semántica y el uso de lenguajes de marcado para que los contenidos de la red tuvieran un significado. Entendí que las etiquetas de marcado que tienen que ver con la presentación eran menos importantes que aquellas que trataban de explicar y describir lo que rodeaban. De ahí mi interés por proyectos de indexación de medios como el Google News Archive.
No soy ingeniero, quizás, por el temor que me infundieron en el colegio en relación con los números. En la universidad comprobé que mis habilidades con ellos no eran nulas (de hecho, eran notables), pero me incliné hacia las letras y decidí estudiar comunicación social.
Recientemente ando con un interés especial por Ubuntu y el software libre. A veces me da por hacer locuras como crear aplicaciones para dispositivos Android.
Hoy, cuando me encuentro con viejas amistades, todavía me preguntan que por qué no estudié sistemas. Yo, la verdad, no estoy muy seguro.
Ahí perdonan.
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