sábado, agosto 07, 2010

Señores de YouTube: tengo una idea

En YouTube uno encuentra de todo. Mucha gente recurre a YouTube para escuchar música. En YouTube podemos identificar (si particularizamos) dos tipos de vídeos musicales. El tipo A, digamos, es el vídeo creado por un músico o grupo, compañía discográfica o empresa productora que tiene equipos de grabación, edición y mezcla de audio y vídeo diseñados únicamente con el propósito de generar materiales audiovisuales.

El tipo B (para ser consecuentes) es el vídeo grabado con cualquier dispositivo barato (es decir, asequible para el consumidor promedio) que incluye un micrófono incorporado al mismo aparato que tiene el lente que permite hacer el registro de las imágenes. Veamos las diferencias.

En el vídeo de tipo A, por lo general, el sonido y las imágenes se graban por separado. Normalmente hay más de un micrófono y más de una cámara, con sus operadores correspondientes; todos en perfecta sincronía, y todos ubicados en lugares estratégicos para que la calidad de lo registrado (es decir, planos visuales y sonoros) sea la mejor posible. La más estéticamente agradable, si se quiere. En caso de que algo falle, existen procesos de y herramientas de edición que pueden ayudar a corregir los errores o a mejorar y hasta embellecer las presentaciones de los músicos. El resultado: un vídeo musical que se puede ver y disfrutar.

Ahora bien: en el vídeo de tipo B, es muy común que solamente haya un camarógrafo y un par de dispositivos de grabación de audio y vídeo pegados de la misma máquina, que a su vez está siendo operada, comúnmente sin un trípode, por el mismo personaje que asistió al recital o evento y que, dada su probable melomanía, estará moviéndose o siendo movido por otros y cantando o estando expuesto al canto, al unísono, de miles de otros individuos que, seguramente, también tendrán sus celulares o cámaras fotográficas encendidas. El resultado: una mezcolanza ininteligible de ruidos insoportables e imágenes borrosas, confusas y entrecortadas, que, creo que sobra decirlo, solo podrá ser disfrutada por quien la produjo.

Si al amable equipo técnico de YouTube le diera por inventar un filtro similar a la herramienta que se emplea para que las audiencias denuncien los contenidos inapropiados de algunos vídeos y que permitiera indicar cuáles vídeos son de tipo A y cuáles de tipo B, creo que el mundo sería un lugar mejor. O por lo menos yo no perdería tanto tiempo buscando una buena versión de una canción que tengo metida en la cabeza.

Ahí perdonan.

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