Ayer estuve en una de esas fiestas en las que todo el mundo tiene que ir con ropa elegante. O más bien, ropa incómoda. Me enviaron a cubrir el evento para el periódico de la Universidad y, por lo menos, se incluía el costo de la entrada. Pero fuera de que estar de camisa, saco y corbata me deprime por alguna razón, no tenía pareja. Bueno, sí fui con un fotógrafo del periódico; pero no era precisamente alguien con quien pudiera bailar. Sin embargo, hicimos nuestro trabajo. Hice varias entrevistas y tomamos algunas fotos, nada fuera de lo normal.
Pero eso no quita que, a pesar de la amable invitación por parte de la gente del periódico, me sienta incómodo en los ambientes en los que la música es tan fuerte como para no permitirle hablar a uno. Y como si fuera poco, estaba solo. Pero bueno. No sé hasta qué hora se habrá alargado la "fiesta" porque me fui como a las 2 de la mañana, pero sí sé hasta qué hora se alargó el sueño de anoche. Me desperté a las tres de la tarde de hoy. Creo que hasta rompí marcas personales en términos de sueño. Lo siguiente es escribir el artículo de la fiesta para el periódico, que haré esta semana. Mañana será otro día de madrugar y, a pesar de los esfuerzos, de llegar tarde a clase.
PD. Feliz cumpleaños a Peña, desde Medellín.
1 comentario:
Un buen truco en esos casos es desinhibirse con un poco de licor
Publicar un comentario