Otra noche de viernes, como ha sido una vez por semana desde tiempos inmemorables. Y para seguir con la costumbre, me quedo en casa para dejar que la Historia redunde. Siempre es lo mismo cuando llega una pizza:
- "Lucas, ¿quién es?", me pregunta mi hermano.
- "¡Comida!", le respondo mientras bajo las escaleras.
Y esta semana me pasó algo curioso. El tipo de la pizzería me saludó por mi nombre y, aunque hubiera podido parecerme raro, era normal que estuviera escrito en la factura. Lo divertido fue que me dijo "hacía días que no venía por acá": no pude contener la risa.
Justo hoy, el tipo que trajo la pizza era sorpresivamente parecido a un profesor de física que tuve en el colegio.
No dan nada interesante en la radio. Claro, como mencioné en un artículo pasado, no hay planeta. Tal vez más tarde me quede dormido viendo televisión, como es costumbre los viernes en la noche. A esta hora, mañana; estaré en una fiesta clásica -con lo que me gusta usar esmóquin-. Será otro día, u otra noche. Por cierto, ¡feliz mes nuevo!
1 comentario:
A propósito del tema hace algunos días pude disfrutar de una pizza Piccolo por sólo $9000 + iva, una verdadera ganga considerando los precios tradicionales del mentado negocio. Sin embargo este viernes no voy a pedir pizza pues voy a gastar mis escasos pesos en otra cosa. Sospecho que el repartidor del cuento lo que estaba buscando era una propina.
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