Es domingo, y siempre he creído que el domingo es el día más improductivo de la semana. El ambiente, tal vez por la ausencia de actividad comercial, es supremamente aburridor. Lo único entretenido que hay para hacer es leer el periódico, porque la verdad tampoco hay muchos ánimos para sentarse a estudiar --si toca, toca.
Les cuento que estoy tratando de adquirir la costumbre de escribir un poco todos los días, a pesar de no haberlo hecho ayer. Y dejemos algo claro: la idea de esta 'columna' es vaciar mis ideas en forma de texto, por más inaportantes que sean (de todas formas esto no es un medio masivo de comunicación, no tiene miles de visitantes y mi objetivo no es atraer multitudes. Suponiendo que pase, está bien; pero no creo que sea probable). Habiendo tantas columnas en la red y en los medios impresos, decidí empezar la mía. Porque podrá no ser comparable con las columnas de Pérez-Reverte, ni pretendo igualarme a él, pero tengo la satisfacción de saber que es mía y puedo escribir lo que quiera. No tengo censores y soy mi propio editor. Si Pérez puede, yo también.
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